Blog (Elena Trapé, 2010)

Ser. Sentir. Abrazar alguna posibilidad. Registrar los sentimientos que bullen como un volcán en el interior de los hombres. Y también de las mujeres. Que ese registro de lo cotidiano genere alguna respuesta ante lo que no percibimos en el momento en que lo estamos viviendo.

La ópera prima de Elena Trapé bien puede considerarse como algo inclasificable. Rodada con una cámara en mano de sus propias actrices, también con la grabación de las cámaras web en la intimidad de las habitaciones, y con la decisión de montaje casi como única presencia del director en cuanto a la creación de lo visual se refiere.

Todo ese material, fresco y absolutamente intimista, queda enlazado o hilvanado a través de una historia que ya ha servido para ilustrar algunas otras ficciones: el embarazo colectivo planificado por un grupo de adolescentes norteamericanas. Un enlace argumental que la película necesita para arrancar, pero cuyo contenido en realidad acaba por divergir, por encauzarse en otros tantos ríos diferentes.

Ante un mundo que no entienden y en el que no se sienten entendidas, la posibilidad de dar a luz un niño en medio del caos que perciben del exterior es concebida como un símbolo de esperanza, un metafórico empezar de cero, una nueva vida que da paso a una vida diferente.

En medio de ese caos emocional, las declaraciones del grupo de niñas ante la cámara de su ordenador se convierten en el material más enriquecedor, profundo y espontáneo de toda la cinta. Pocos filmes se han adentrado en el universo adolescente de una manera tan delicada, comprensiva, empática y afectuosa como la que propone Blog frente a una decisión que convierte la película en un falso documental lleno de fisuras pero que contiene en su interior auténticas pinceladas de lo real.

Blog tiene todos los errores propios de una ópera prima. Su duración desmedida, en un montaje que no sabe despojarse de todo aquello que no necesita, por muy bien rodado que esté. Su falsa intención de trascendencia, su constante pretensión, el deseo no de contar de la mejor forma posible sino de demostrar que se sabe contar lo mejor posible. Sus decisiones de montaje y una contención visual que arrastra al filme a crear imágenes de lo más común le dan el inconfundible sabor de proyecto de final de carrera de una estudiante de audiovisuales.

Errores también en la elección de una música del todo mediocre y de planificar a la manera de un film convencional la escena clave de todo el relato, cuando el resto la propuesta está filmado de una manera muy diferente. Errores que no impiden ver la sensibilidad, y la empatía con sus personajes, de la gran cineasta que está detrás, y a su inagotable capacidad para que el cine revele también parte de la belleza invisible de lo cotidiano.

Un grupo de jóvenes, llenas de belleza y encanto, que se beneficia de la naturalidad y la libertad que les ha sido otorgada para interpretar sus papeles y que es con seguridad el mayor acierto del proyecto. Un elenco actoral que ya quisieran para sí muchos otros filmes nacionales para sus falsas historias disfrazadas de adolescencia.

La autenticidad en Blog es su mayor regalo. Poco importa su argumento cuando una película es capaz de captar la realidad de una manera tan entrañable. Una naturalidad que sobrecoge, una desesperación vital que encandila, una ternura en lo visual que empuja a la constante sonrisa. Blog es el primer paso hacia un cine del futuro en el que, ante la muerte de las historias, recoger auténticas emociones y saber filmarlas sea el mayor de los éxitos.