Valkiria (Bryan Singer, 2008)

Valkiria

Desde que se anunció el comienzo de la producción de Valkiria, el proyecto ha sido todo un acontecimiento, y el proceso de rodaje ha levantado más seguimiento y expectación que toda la campaña de marketing y todo lo que su promoción haya podido traer después.

La pretensión del binomio SingerCruise de relizar la mejor película posible y alcanzar con suerte la carrera de los oscars se ha quedado en un filme vacío, pretencioso, descontextualizado y por momentos casi risible.

Dice mucho del momento actual que vive el cine cuando Cruise no solamente no ha sido galardonado por este papel, sino que ha sido especialmente recompensado por su papel-cameo cómico en Tropic Thunder, una fallida crítica contra el sistema de hollywood que ahora alcanza su recompensa en forma de premios y reconocimientos.

No ocurre lo mismo con la lamentable Valkiria, que no trata de una revisión histórica sino de casi una reescritura. Hitler está representado prácticamente como un demonio, y la presencia omnipresente de la entrada de los aliados en el conflicto, de la que se habla constantemente, no hace más que dibujar una representación heróica de su papel en la guerra. Todo aquí está encaminado a la mayor gloria de América y a asumir su auto atribuida capacidad de reescribir la historia, tanto suya como del resto del mundo.

Alemanes hablando en inglés. El deseo de Singer y Cruise (casi se podría decir que ambos son autores del filme al mismo nivel, dado el deseo de protagonismo y la vanidad de ambos) de producir una película que resulte comercial, que a la vez parezca veraz, que por momentos es un documental, que de repente es una película de acción, que de repente es una película histórica, que en un momento dado es una revisión historicista de “lo que ocurrió en realidad”, se escapa de las manos antes incluso de los títulos de crédito, con un prólogo que recuerda a las peores secuencias de acción de El joven Indiana Jones y que resaltan aquí toda la ridiculez de la propuesta.

En definitiva, en el caso de Singer no hay mucho que lamentar pues hablamos de una carrera sin interés hace ya bastante rato. En el caso de Cruise, otro tropiezo en su desesperado intento de conseguir y generar proyectos interesantes de gran calado y reconocimiento donde él sea siempre el principal artífice. Una pena.