Terminator: Salvation (McG, 2009)

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Partir de la base de quién dirige esta película y de que se trata de la cuarta parte de una saga de ciencia-ficción, es un buen punto de partida para valorar esta película en su justa medida.

Terminator: Salvation no es más que un pastiche comercial que pretende relatar ciertos acontecimientos mencionados en las anteriores películas de la saga y que son recreados en ella con una profusión de efectos especiales y pirotecnias asombrosas.

Que lo dirija uno de los peores directores que pisan el Hollywood de nuestros días no ayuda demasiado, pero lo que falla sorprendentemente no es quien firma la cinta, sino quienes firman el guión. La historia de esta cuarta entrega se centra únicamente en recrear ese mundo del que hablaba Sarah Connor en anteriores entregas y que aquí se desvela en toda su magnitud.

Pero la película, por desgracia, no es nada más que eso. Apenas hay una sola correlación entre ella y el resto de la saga, y no hay enlace alguno entre las dos primeras y ésta, que navega por los caminos del videojuego y de la serie B con una facilidad peligrosa.

Lo que consigue salvarla, como dice su título, son las portentosas escenas de acción, repartidas con acierto a través de toda la cinta, su capacidad para salir en el momento justo de la historia, la genialidad de sus efectos especiales, y la brillante recreación de ese mundo sólo imaginado a través de las vagas descripciones presentes en los diálogos de las otras películas.

Danny Elfman firma una partitura con sorprendente brillantez, tomando los temas existentes y transformándolos con personalidad y acierto. El plantel actoral, absolutamente digno de la serie B más deleznable, cumple su cometido y ninguno de ellos está a la altura de una película de un presupuesto como ésta. Se cumple así la paradoja de este tipo de películas, donde lo menos que importa es la calidad actoral en tanto que los efectos especiales ganan protagonismo absoluto.

Entretenimiento masivo que encantará a los fans de la saga, que hará navegar en aguas pantanosas y en un aburrimiento latente a aquellos que no recuerden el trasfondo de los filmes anteriores, y cuyas escenas de acción únicamente la salvan de convertirla en una producción del todo lamentable. El cine comercial de hoy en todo su esplendor.