Control (Anton Corbijn, 2007)

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Anton Corbijn es otro de los exponentes de una generación de profesionales del audiovisual que ha saltado del mundo del videoclip al cine, que firma aquí su ópera prima, contando la historia de un grupo musical al que él mismo fotografió y realizó sus últimos vídeos.

La aplicación de la estética característica de esas pequeñas piezas de arte trasladada al cine da, como de costumbre, resultados irregulares en una película que se debate entre el desarrollo de un biopic convencional y la sucesión de una búsqueda de imágenes que tratan de sacar a relucir la imaginería visual de su director.

Control no es, únicamente, el retrato biográfico de un grupo musical y del alma atormentada de su solista principal. Es, sobre todo, una celebración del arte pop en blanco y negro que intenta magnificar y mitificar a la banda y a su icónico líder a partir de un relato que trata de resultar lo más moderno posible, pero que no hace sino ajustarse con cobardía a los cánones más estrictos y previsibles del género biopic.

Así pues, si obviamos el toque modernista tras la cámara, que además no resulta siempre acertado ni inspirado, sólo nos queda la acostumbrada sucesión de escenas de conciertos, romances y enfermedades degenerativas varias. La aparente profundidad de su discurso, que se anunciaba en las primeras secuencias, se diluye pronto y el producto cae en una nadería existencialista, narrada con demasiada ingenuidad, convirtiéndose en una película interesante únicamente para los fans de la banda en cuestión.

Excelentes actores, y excelentes caracterizaciones, desaprovechados en una cinta que carece totalmente de ritmo, que se presenta con un sólido planteamiento visual en blanco y negro pero que pronto se muestra descompensada por la irregularidad de sus aciertos visuales y por el poco interés de su desarrollo.

Las dos horas largas de metraje final arrastran finalmente al fracaso a una esperada cinta, un esperado debut de un director plagado de buenas ideas, que elige un proyecto al que se siente implicado personalmente y en el que cae ahogado justo por esa misma subjetividad.

* Control se ha estrenado en España dos años después de su estreno en su país de origen. Una nueva muestra del nulo criterio y del desfase en la actualidad y el interés de los estrenos al que las distribuidoras de nuestro país nos tienen acostumbrados.