Tropic Thunder (Ben Stiller, 2008)

TropicThunder

Ben Stiller dirige su segundo largometraje y juega a la impostura humorística en esta parodia no ya del género bélico, sino de la industria hollywoodiense en general.

 

‘Tropic Thunder’ es una película que ha situado a la crítica en un cuestionamiento personal de las propias herramientas para ser analizada con exactitud. No se trata de una película de humor al uso, no se trata de una crítica seria, no se trata sólo de una sucesión de homenajes en clave de humor a filmes de renombre, ni tampoco una película que se tome en serio a sí misma.

 

Sin embargo tales planteamientos se antojan demasiado extremos: la película no es más que un nuevo intento de Ben Stiller, esta vez más refinado en su pretensión, de mezclar el humor con la sátira sobre el patético mundo que envuelve a su trabajo diario en una comedia llena de incorrección política.

 

Incorrección política que se transforma, como en la más común de las comedias de la década, en una sucesión de gags de mal gusto que supone que, por transgresoras, no resultan más sofisticadas y brillantes, sino también más efectivas que la utilización del humor inteligente.

 

La crítica encubierta dentro de una comedia ligera de mal gusto parece estar diseñada para todo tipo de público. Lo que consigue en realidad es desdibujar ambas intenciones y ofrecer una mala película para quien busque un mensaje inteligente tras la cámara, y una película de humor mediocre para quien busque simplemente la carcajada.

 

Mucha culpa de esa nefasta consecución de su doble objetivo es atribuible a la puesta en escena de Stiller que, como en su anterior obra, juega a la pirueta de montaje y al encuadre arbitrario, elementos que hacen mucho daño a su narración y a la estética de su producto.

 

La función la completan unos actores (eso sí) en estado de gracia que resuelven la comedia y sostienen muchos momentos de la película para que ésta no termine de hundirse. Jack Black y Robert Downey Jr. (el personaje de este último es impagable) sobresalen por el resto de un plantel en el que Tom Cruise brilla también con luz propia al aceptar encarnar un papel absolutamente cómico y grotesco que resuelve con sorprendente maestría, a pesar de la limitación de sus gestos.

 

‘Tropic Thunder’ se queda a medio camino de muchas cosas. Su comienzo parece inteligente y divertido, pero apenas se plantea la premisa dramática y se adivina un argumento absurdo y decadente, la crítica de altura y la película de humor naufragan inevitablemente, tal como hizo ‘Zoolander’.

 

Se trata, pues, de un actor que desea traspasar las fronteras de su campo de acción y trascender en su ámbito profesional, pero fracasa por su falta de habilidad para hacernos llegar un mensaje sencillo que habita dentro de un complejo mecanismo: el de la superproducción aparatosa y arbitraria donde ninguna idea brillante puede llegar a buen puerto.