Super 8 (J.J. Abrams, 2011)

Ante la mediocridad generalizada que vive el cine contemporáneo, es muy difícil que no se instaure en el espectador la terrible idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Terrible, porque permite a los jóvenes creadores del presente traficar con aquellas viejas ideas y que eso nos impulse a salvar sus obras de la quema. […]