Remake del film homónimo de los años noventa dirigido por Abel Ferrara y protagonizado por Harvey Keitel, dirigido esta ver por Werner Herzog que vuelve a introducirse en el mundo de la ficción con una película de encargo y con fríos resultados.
La recuperación del material de Teniente Corrupto resulta un estéril intento de actualizar sus temáticas y proponer una nueva visión de un relato ya de por sí bastante limitado, convirtiéndose en una película policíaca más rozando incluso la condición de serie B y olvidando la condición de mitómana que tenía el original.
Lo que allí era descarnado y rodado con un estilo salvaje, aquí es tomado con la mano serena y el pulso aletargado de quien sabe bien que no es éste su mejor terreno. Las imágenes del remake a veces parecen filtrar la sonrisa burlesca de un Werner Herzog que siente tanta apatía por la película que su único interés parece ser el de reírse de la película americana clásica y ponerla del revés a través de su cínica visión del mundo.
Lo poco original e interesante de la película es la visión de Herzog, los pequeños momentos que escapan al argumento original y en los que el director alemán se toma la libertad de explorar narrativa y visualmente, ya sea con microcámaras pegadas a los animales (omnipresentes en todo el metraje) o a través de planos largos que dinamitan la narración convencional de los filmes de consumo.
Histriónica e irritante actuación de Nicolas Cage, eléctrico y muy intenso en toda la película, que apenas cuenta con un plano en el que no aparezca. Los momentos acertados en su creación están acompañados de otros absolutamente ridículos, a pesar de su insistencia y de que trate de ofrecer un personaje fuerte. Sus esfuerzos se materializan en una caricatura más graciosa que intimidatoria.
Se trata sin duda de una película menor, que cuenta con un entretenido argumento policíaco en su interior y atesora buenos momentos dispersos en su largo e irregular metraje. Resulta estimulante ver a un autor como Werner Herzog moviéndose en los berenjenales del cine comercial del presente, pero sin duda no son las aguas donde mejor navega. Su cine documental es, indudablemente, mucho más interesante.