‘Eden Log’ supone un intento más, esta vez de parte del cine francés, de ofrecer uno de esos subproductos de ciencia-ficción que intentan revitalizar el género afincándolo en nuevos sistemas de producción (medios mucho más austeros, argumentos siempre catastróficos y apocalípticos) y en unas fábulas moralistas como ocurriera con este tipo de filmes en sus primeras décadas de vida.
‘Eden Log’ es también, como el resto de películas que han intentado lo mismo, un absoluto error de cálculo que cae en el abismo del tedio más bochornoso y que jamás remonta el vuelo, atrapado en su propio convencimiento de un existencialismo inexistente y una filosofía incongruente en un avance imperceptible y de planteamientos no ya fantásticos, sino absurdos.
La diferencia entre ‘Cube’, su referente más cercano, y el propio filme, es que el original, además de plantear su idea hace más de diez años, le sobraba la pedantería, los errores narrativos y la impostura de una puesta en escena absurda y arbitraria.
‘Eden Log’ fracasa porque su propuesta es arriesgada hasta el extremo. En ese riesgo absoluto, los primeros quince minutos suponen un logro y un gran acierto, en un desarrollo agónico y sin el uso de la palabra, donde oscuridad y fogonazos de luz alumbran el comienzo de la película como si se tratara también del comienzo del mundo, de la construcción fotograma a fotograma de su propio universo espacial.
La idea fracasa pronto pues no hay ninguna idea más dentro del filme. Sus planteamientos absurdos y autosatisfechos hacen que su visionado completo resulte totalmente decepcionante.