La última comedia comercial americana, capitaneada por Steve Carell en un suntuoso protagonismo, intenta agregar como viene siendo habitual las virtudes de los dispares tipos de comedia que cohabitaron el cine de los noventa y que ahora se integran queriendo tapar todas sus lagunas argumentales.
Así, conviven en una misma película la comedia romántica, la comedia disparatada, la comedia familiar, e incluso en ciertos momentos (más de los deseables), la comedia adolescente.
El argumento sobre un padre viudo que trata de educar a sus tres hijas es sólo una burda excusa para tejer situaciones absurdas a placer que buscan por encima de todo la risa del espectador y el desenfado más inmediato. Todas las subtramas están pues supeditadas a esa máxima que es el humor y a través del cual la película toma un agradable tono.
Carell se desenvuelve con soltura en un papel excesivo que aparece en todas y cada una de las secuencias y que él convierte en pura contención tratando de dosificar su histrionismo acostumbrado. Ayudado enormemente por los cambiantes estados anímicos de su personaje, el protagonista absoluto ofrece todo un abanico de posibilidades actorales de las que siempre resulta al menos aceptable.
Juliette Binoche pasa de trabajar con Hou Hsiao Hsien a la comedia americana (con la película de Amos Gitai de por medio) y demuestra su camaleónica capacidad de adaptarse a cualquier proyecto y además garantizar sus resultados. Aquí, Binoche aparece atractiva en toda su plenitud, pero el problema radica en que el guión condena a todos los personajes, salvo al principal, a convencionales estereotipos que rayan lo ridículo, o cuando menos, lo previsible.
A pesar de las limitaciones de la película enfocada especialmente a su consumo masivo en videoclubs (es el producto perfecto, agradable, bien llevada, con ritmo y sin temáticas ambiciosas), ‘Como la vida misma’ es una plana comedia construida con acierto y sin pretensiones, y aderezada con el buen cúmulo de valores que familia y protagonista muestran en su quehacer cotidiano se convierte en una agradecida película que cuenta y muestra únicamente lo poco que se proponía, lo único que prometía.