Cuando Joseph Kosinski dirigió la segunda parte de Tron (2010), la debilidad de sus planteamientos venía fortalecida por una ingenuidad que se le presuponía inherente a la franquicia, concebida en su origen para un público infantil. Aquella inocente ausencia de ambiciones se convertía en un inspirador impulso para una película que utilizaba un lenguaje tierno […]